2.9. Controles Administrativos (generación de Políticas y diseño
de procedimientos).
Los objetivos son los programas que
desea lograr la empresa, los que facilitarán alcanzar la meta de esta. Lo que
hace necesaria la planificación y organización para fijar qué debe hacerse y
cómo.
El control ha sido
definido bajo dos grandes perspectivas, una perspectiva limitada y una
perspectiva amplia. Desde la perspectiva limitada, el control se concibe como
la verificación posterior de los resultados conseguidos en el seguimiento de
los objetivos planteados y el control de gastos invertido
en el proceso realizado por los niveles directivos donde la estandarización
en términos cuantitativos, forma parte central de la acción de control.
Principio
de garantía del objetivo.
El
control debe contribuir a la consecución de los objetivos mediante la
verificación oportuna de las discordancias con los planes para emprender la
acción correctiva. Todas las funciones administrativas tienen por finalidad
alcanzar los objetivos. El control debe localizar e identificar las fallas o
distorsiones existentes en los planes para indicar las correcciones que deban
aplicarse par conseguir los objetivos.
Principio
de definición de los estándares.
El control debe basarse en estándares objetivos, precisos
y establecidos de manera conveniente. La fijación de estándares de desempeño y
de calidad, cuando éstos se establecen con objetividad y se definen con
precisión, facilita la aceptación de quien debe responder por la tarea y permite
emprender una acción de control más fácil y seguro.
Principio
de excepción.
Este principio fue formulado
por Taylor. Cuanto más concentre un administrador sus esfuerzos de control en
desvíos y excepciones, más eficientes serán los resultados de este control. El
administrador debe preocuparse más por los desvíos importantes que por las
situaciones relativamente normales.
Principio
de acción.
El control sólo
se justifica cuando indica disposiciones capaces de corregir los desvíos
detectados o comprobados, respecto de los planes. Estas disposiciones deben
justificar la acción de
control, que generalmente implica cierta inversión de tiempo, personal y
otros elementos más. Este principio también se halla correlacionado con
el costo del
control. Cuando éste es mayor que costo ocasionado por los desvíos de la
situación controlada, no se justifica el control. El control es una acción
eminentemente utilitaria y pragmática: sólo debe realizarse cuando vale la
pena.
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